Cuenta a tus oyentes por qué es importante y cómo les afecta.
¿Alguna vez has contado una historia sobre un encuentro personal y te has dado cuenta de que la gente se ha perdido o ha empezado a mirar el móvil? Se siente mal, ¿verdad?
Puede que te quedes pensando qué hiciste mal. No te preocupes, no eres la única persona que experimenta esto. A mí me ha pasado lo mismo cuando cuento una historia, y es un asco.
Soy introvertido. Nunca se me ha dado bien transmitir mis pensamientos y sentimientos a los demás. La mayoría de mis pensamientos viven y mueren en mi propia cabeza, y por lo general, estoy bien con eso. Como muchos introvertidos, no siento la necesidad de verbalizar constantemente mis ideas y experiencias a los demás.
Sin embargo, mi preferencia por el silencio no significa que no tenga nada que decir. Hay momentos en los que también quiero que me escuchen, y apuesto a que tú también lo haces.
Ha habido muchas veces en las que he intentado contar una historia sobre algo divertido que me ha sucedido sólo para que no acabara de caer bien al oyente. Otras veces, he querido compartir algo increíble que he vivido, leído o visto, pero después de balbucear un poco, veo que mis amigos no comparten mi entusiasmo.
Y es especialmente demoledor para el alma cuando ni siquiera prestan atención o cambian totalmente de tema. Sentirse descartado es lo peor.
Puedes convertirte en un mejor contador de historias
Recientemente, mientras navegaba por Reddit, me encontré con un post de un introvertido que decía sentirse incapaz de contar historias atractivas. Llegué a la conclusión de que yo también tenía que mejorar a la hora de contar historias, porque no conseguía enganchar a mis oyentes.
Es fácil contar mal una historia. Seguro que has estado en el otro extremo de una mala narración y te has aburrido.
Sinceramente, se necesita mucha práctica para dominar el arte de contar historias. Toda una vida para algunos, pero más corta para otros. Lo que hace falta es la voluntad de mejorar y aprender de tus errores. Por eso, aquí hay cuatro cosas que he aprendido y que podrían ayudarte a ti también.
Cómo contar mejores historias: Consejos para introvertidos
Capta su atención.
Querer contar toda la historia es genial. Pero si cuentas una historia cronológicamente y te tomas el tiempo de explicarla en detalle con muchos antecedentes, tu audiencia se desconectará para cuando llegues a la parte buena.
Antes de empezar a contar una historia, dile a tus oyentes por qué es importante. Debes atraer su interés. Pero no utilices una palabra como «interesante» al describir tu historia: es una palabra demasiado usada que ha perdido todo su encanto.
En su lugar, utiliza adjetivos atrevidos para introducir tu historia. «Déjame contarte la extraña forma en que conocí a mi novia» suena más intrigante que «Déjame contarte cómo conocí a mi novia». O, si has tenido un encuentro convincente con alguien, no digas: «Hoy he tenido un encuentro interesante». En su lugar, prueba con: «No te vas a creer a quién he conocido hoy».
Una vez que tengas su interés, tendrás que mantener el impulso, lo que me lleva al siguiente punto.
Establece el ambiente.
Tú eres el narrador de la historia. Tu trabajo es establecer el ambiente por el que transcurre la historia. El tono de tu narración puede afectar en gran medida a la experiencia auditiva. No divagues con una voz monótona.
De vez en cuando haz contacto visual con tus oyentes. Sí, como introvertido, me siento incómodo haciéndolo, pero no podemos negar que algunas de nuestras conversaciones más atractivas han implicado alguna forma de contacto visual.
Utiliza gestos con las manos. Puede ayudar a la fluidez de la historia y dar vida a los personajes y sus acciones. Los gestos con las manos dan una sensación física de impulso a tu narración.
Proyecta tu voz, aunque te parezca poco natural. Yo tiendo a hablar en voz baja, así que cuando empecé a aprender a contar mejores historias, me dije a mí mismo que hablara un poco más alto que mi zona de confort. Al principio, me parecía demasiado alto, pero era el volumen adecuado para los demás.
Incluso puedes probar a cambiar las voces para adaptarlas a las personalidades de los distintos personajes de tu historia. La profundidad que des a tus personajes enganchará a tu oyente.
Hacer todo esto ayuda a que la audiencia sienta lo que tú sentiste.
Y hablando de emociones, asegúrate de incluir las tuyas. Las historias cautivadoras no se limitan a compartir lo que pasó y cuándo, también revelan cómo te sentiste, qué te motivó, qué te impulsó, etc. Cuantas más emociones puedas incluir en tu historia, mejor, aunque no tiene por qué ser complicado. Prueba con algo tan sencillo como:
- «Me entró el pánico.»
- «¡No podía creerlo!»
- «La noticia fue devastadora.»
Si creas una conexión emocional con tus oyentes, estarán pendientes de cada una de tus palabras.
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Deja que imaginen.
Contar una historia a través del discurso requiere que tu audiencia la imagine. Así que déjales participar y visualizar. Puedes probar a preguntarles qué creen que ha pasado antes de contarlo realmente.
No hagas preguntas simples de sí o no. Hazles preguntas que les hagan adivinar lo que ha pasado, pero asegúrate de que no sean demasiado abiertas, o tu historia perderá fuerza.
No describas cada pequeño detalle. En su lugar, dales el escenario y deja que imaginen el resto.
Por ejemplo, podrías decir: «El otro día me encontré con Arnold Schwarzenegger en el gimnasio. Adivina lo que me dijo». Tu audiencia imaginará los escenarios y se involucrará con tu narración para descubrir lo que sucedió.
Usa palabras casuales y cotidianas.
¿Alguna vez te has sentido confundido por una jerga llena de palabras? Seguro que te ha costado entender algunas partes de la conversación por culpa de ella.
Cuando cuentes una historia, utiliza términos llanos. El nivel de lectura de una persona media es de 7º u 8º grado. Si tu audiencia no entiende lo que estás diciendo, pierdes inmediatamente su interés.
Si eres astrofísico, no utilices un galimatías científico para explicar el último descubrimiento astronómico a una multitud de personas en un cóctel. Simplemente cuéntales por qué es importante y cómo les afecta. Hágalo comprensible y relevante para ellos. Recuerde que todo el mundo quiere escuchar cómo algo afecta a su persona favorita: ellos mismos.
Tus habilidades para contar historias no pueden subir de nivel sin practicar. Pero cuando te involucras y te mantienes relevante para tu audiencia, la narración puede convertirse en el tipo de experiencia significativa que anhelas como introvertido.
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