Tu hígado es un órgano vital que trabaja incansablemente para llevar a cabo varias tareas en el cuerpo, incluyendo el procesamiento de hormonas, medicamentos y toxinas para que puedan ser eliminados por el cuerpo, ayudando a digerir la grasa (mediante la producción de bilis), metabolizando los carbohidratos, produciendo proteínas clave y apoyando el sistema cardiovascular. Mantener tu hígado sano es el mejor activo que puedes tener
La medicina convencional comprueba si hay problemas en el hígado a través de pruebas de función hepática y, aunque son muy valiosas, un resultado anormal suele sugerir que puede haber algún grado de daño hepático ya presente. Por otro lado, los naturópatas y los herbolarios dan mucha importancia al apoyo del hígado para prevenir posibles problemas de salud. Esto es especialmente relevante en la sociedad actual, donde la contaminación, los pesticidas, los alimentos procesados, el azúcar, el alcohol, la medicación excesiva y el estrés hacen que nuestro hígado trabaje más que nunca.
Hígado sano, hormonas sanas
El hígado desempeña un papel crucial en el metabolismo hormonal, modificando las hormonas para que se eliminen más fácilmente y, por tanto, regulando el equilibrio hormonal en el cuerpo. Este es el caso tanto de las hormonas producidas naturalmente como de las que se toman a través de la TRH/TRH. Si el hígado funciona bien, tiene la capacidad de regulación para mantener las hormonas en niveles óptimos y equilibrados. El problema es cuando el hígado no funciona bien… en este caso, el metabolismo de las hormonas se reduce y, en consecuencia, sus niveles en la sangre aumentan. Esto es particularmente cierto en el caso de los estrógenos, ya que un hígado «lento» puede dar lugar a un escenario de dominación de estrógenos en el cuerpo. Los síntomas de la dominación de los estrógenos pueden incluir el aumento de peso (especialmente en la zona de la cintura), ciclos irregulares, síndrome premenstrual, fibromas/endometriosis, fatiga e insomnio, entre otros.
Signos de un hígado infeliz
Aunque el hígado es un órgano que puede regenerarse por sí mismo, si su hígado está «flojo»/sobrecargado, su función se verá comprometida. Algunos signos comunes de que su hígado no está funcionando en su mejor momento pueden incluir problemas digestivos, en particular la intolerancia a los alimentos grasos, el estreñimiento crónico, las condiciones asociadas a los desequilibrios hormonales, el aumento de la sensibilidad al alcohol o la cafeína, las migrañas, los problemas de la piel, las náuseas, el cansancio y el insomnio.
Así que, la mejor desintoxicación que puede hacer es apoyar el órgano de desintoxicación más importante del cuerpo, ¡su hígado! Cuide su hígado a diario, y dependiendo de su estilo de vida, puede considerar hacer un programa de «desintoxicación» más completo una o dos veces al año. Si desea obtener ayuda profesional para el apoyo al hígado, por favor póngase en contacto con nuestro naturópata.
Hierbas para el hígado
Hierbas coleréticas
La medicina herbal tiene mucho que ofrecer cuando se trata del hígado. Por ejemplo, las hierbas amargas (también llamadas coleréticas) apoyan al hígado promoviendo la secreción de bilis y también previenen el estreñimiento, ayudando en última instancia al cuerpo a liberar toxinas. Las hierbas coleréticas incluyen la genciana, la hoja de alcachofa, la corteza de agracejo y la raíz de diente de león (el diente de león es la hierba colerética más suave).
La duela amarilla y la uva de Oregón son hierbas coleréticas que también tienen una gran tradición en el tratamiento de problemas hepáticos cuando hay afecciones de la piel como el eczema o la psoriasis.
Hierbas epatoprotectoras/antioxidantes
El cardo mariano es bien conocido por sus propiedades protectoras y regeneradoras del hígado, pero también por su papel en la potenciación de las vías de desintoxicación del hígado. La schisandra es otra hierba que activa los enzimas de desintoxicación del hígado. Esta hierba también es un adaptógeno, lo que significa que mejora la salud de las glándulas suprarrenales, ¡así que es dos en uno! Un ensayo clínico ha demostrado que un extracto de schisandra demostró propiedades antioxidantes y mejoró la función del hígado en pacientes con disfunción hepática.
Los alimentos para el hígado
Lo que comes también puede echar una mano a tu hígado. Los nutrientes presentes en ciertos alimentos son clave para un hígado sano al regular sus vías de desintoxicación, como las vitaminas del grupo B, la vitamina C, el glutatión, determinados aminoácidos (así que piensa en muchas proteínas en tu dieta) y el selenio.
Apoye a su hígado comiendo muchas verduras crucíferas (brócoli, coliflor, coles de Bruselas y col rizada), aguacate, nueces de Brasil, alcachofas, ajo, alimentos ricos en fibra (como copos de avena, semillas de lino molidas, semillas de chía, verduras de hoja verde, cereales, almendras), cúrcuma y té verde. Las verduras crucíferas, por ejemplo, son ricas en glucosinolatos, que son sustancias que contienen azufre y favorecen la desintoxicación, y también se sabe que combaten el cáncer. Los alimentos ricos en fibra son clave para mantener un movimiento intestinal regular, asegurando así una eliminación eficiente de las toxinas, que de otro modo serían reabsorbidas en el torrente sanguíneo y recirculadas a través del hígado, aumentando su carga.
El zumo de limón y el vinagre de sidra de manzana (aunque no hay que exagerar, una cucharadita diluida en agua es suficiente) también ayudan al hígado y a la digestión estimulando la producción de bilis. ¡Ja! Y no olvides el simple hecho de beber mucha agua a lo largo del día, ya que sin una hidratación adecuada tu hígado tendrá dificultades para desintoxicar nada.
Ahora que conoces un poco mejor tu hígado, ¡es hora de darle un poco de amor!
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