Carrera en la pantalla
La carrera de Hepburn en la pantalla duró más de cincuenta años y se basó en un personaje cuyos elementos esenciales incluían la energía, la gracia, la determinación, el buen aspecto atlético y la evidente educación de clase alta (como se indica, entre otras cosas, por una forma de hablar cortada). Este personaje, cuando fue inteligentemente utilizado por los productores y directores, la llevó a ganar cuatro premios de la Academia como «Mejor Actriz» en las películas Morning Glory (1933); Guess Who’s Coming to Dinner (1967); The Lion in Winter (1968); y On Golden Pond (1981). Hepburn también recibió otras ocho nominaciones al Oscar a lo largo de los años por las películas: Alice Adams (1935); Historias de Filadelfia (1940); La mujer del año (1942); La reina de África (1951); Summertime (1955); El hacedor de lluvia (1956); De repente el último verano (1959); y Largo viaje hacia la noche (1962). Su papel en la película de 1975 hecha para la televisión Love Among the Ruins le valió un premio Emmy.
La carrera de Hepburn, sin embargo, no estuvo exenta de contratiempos, los más notables de los cuales tuvieron lugar en la década de 1930. Un regreso a los escenarios de Broadway en 1934 la llevó a interpretar un papel en una obra de teatro que fracasó, El lago. En 1937, un importante exhibidor publicó un anuncio en un periódico especializado y describió a Hepburn, junto con otras estrellas femeninas, como «veneno para la taquilla». La respuesta indiferente de la RKO hizo que Hepburn -con un coste para ella de más de 200.000 dólares- comprara su contrato a la compañía. Poco después
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Hepburn, decidida a restablecerse, volvió a los escenarios de Broadway, interpretando el papel principal en una exitosa producción de The Philadelphia Story. Al haber invertido en la producción, controló los derechos para la pantalla, que finalmente vendió a la Metro Goldwyn Mayer (MGM) a cambio de un buen beneficio y de la garantía del estudio de que ella interpretaría el papel principal en la versión cinematográfica. Así fue, y la película fue un éxito comercial y de crítica. Su nominación al Oscar no fue más que una demostración de la forma dramática en que se había restablecido en Hollywood, California.