El ataque la dejó con el brazo izquierdo seccionado justo por debajo del hombro. Tras perder más del 60 por ciento de su sangre y superar varias cirugías sin infección, Bethany comenzó su camino hacia la recuperación con una actitud increíblemente positiva.
Apenas un mes después del ataque, Bethany volvió al agua para seguir persiguiendo su objetivo de convertirse en una surfista profesional. Al principio, adoptó una tabla hecha a medida, más larga y ligeramente más gruesa, con un asa para su brazo derecho que le facilitaba el remo. Después de enseñarse a sí misma a surfear con un solo brazo, regresó a la competición de surf, quedando quinta en la división Open Women de ese concurso en enero de 2004. Ese año ganó el premio ESPY a la mejor deportista de regreso. Sin intención de parar, Bethany siguió participando y destacando en la competición. Poco más de un año después del ataque, consiguió el primer puesto en la división de mujeres exploradoras de los Campeonatos Nacionales de la NSSA de 2005, lo que supuso también su primer título nacional.
En 2007, Bethany hizo realidad su sueño y se convirtió en profesional. Compitiendo en numerosos eventos de la ASP y del World Tour, quedó segunda en el Campeonato Mundial Junior de 2009. Fuera del surf, Bethany escribió su autobiografía, Soul Surfer, en 2004, que luego se convirtió en una película en 2011. Desde entonces, ha escrito ocho libros más. Centrada en llevar esperanza a los demás, Bethany utiliza sus experiencias vitales para motivar e inspirar diciendo: «He aprendido que la vida se parece mucho al surf. Cuando te quedas atrapado en la zona de impacto, tienes que volver a levantarte, porque nunca sabes lo que hay sobre la siguiente ola… y si tienes fe, todo es posible, cualquier cosa».