¿Qué es la afasia?
La afasia es un trastorno que resulta de un daño en las partes del cerebro que son responsables del lenguaje. En la mayoría de las personas, estas áreas se encuentran en el lado izquierdo del cerebro. La afasia suele aparecer de forma repentina, a menudo tras un accidente cerebrovascular o un traumatismo craneal, pero también puede desarrollarse lentamente, como resultado de un tumor cerebral o una enfermedad neurológica progresiva. Este trastorno afecta a la expresión y comprensión del lenguaje, así como a la lectura y la escritura. La afasia puede coexistir con trastornos del habla, como la disartria o la apraxia del habla, que también son consecuencia de un daño cerebral.
¿Quién puede padecer afasia?
La mayoría de las personas que padecen afasia son de mediana edad o mayores, pero cualquiera puede adquirirla, incluso los niños pequeños. Aproximadamente un millón de personas en Estados Unidos tienen afasia actualmente, y casi 180.000 estadounidenses la adquieren cada año, según la Asociación Nacional de Afasia.
¿Qué causa la afasia?
La afasia está causada por un daño en una o más de las áreas del lenguaje del cerebro. La mayoría de las veces, la causa de la lesión cerebral es un accidente cerebrovascular. Un ictus se produce cuando un coágulo de sangre o una fuga o rotura de un vaso cortan el flujo de sangre a una parte del cerebro. Las células cerebrales mueren cuando no reciben su suministro normal de sangre, que transporta oxígeno y nutrientes importantes. Otras causas de lesiones cerebrales son los golpes fuertes en la cabeza, los tumores cerebrales, las heridas de bala, las infecciones cerebrales y los trastornos neurológicos progresivos, como la enfermedad de Alzheimer.
Áreas del cerebro afectadas por la afasia de Broca y Wernicke
¿Qué tipos de afasia hay?
Hay dos grandes categorías de afasia: fluida y no fluida, y hay varios tipos dentro de estos grupos.
Un daño en el lóbulo temporal del cerebro puede dar lugar a la afasia de Wernicke (ver figura), el tipo más común de afasia fluida. Las personas con afasia de Wernicke pueden hablar con frases largas y completas que no tienen sentido, añadiendo palabras innecesarias e incluso creando palabras inventadas.
Por ejemplo, alguien con afasia de Wernicke puede decir: «Ya sabes que ese fideo se ha vuelto rosa y que quiero darle la vuelta y cuidarlo como querías antes»
Como resultado, a menudo es difícil seguir lo que la persona está tratando de decir. Las personas con afasia de Wernicke no suelen ser conscientes de sus errores orales. Otro rasgo distintivo de este tipo de afasia es la dificultad para comprender el habla.
El tipo más común de afasia no fluida es la afasia de Broca (véase la figura). Las personas con afasia de Broca tienen daños que afectan principalmente al lóbulo frontal del cerebro. Suelen tener debilidad o parálisis en el lado derecho del brazo y la pierna porque el lóbulo frontal también es importante para los movimientos motores. Las personas con afasia de Broca pueden entender el discurso y saber lo que quieren decir, pero suelen hablar con frases cortas que se producen con gran esfuerzo. Suelen omitir palabras pequeñas, como «es», «y» y «el».
Por ejemplo, una persona con afasia de Broca puede decir: «Pasear al perro», lo que significa: «Voy a sacar al perro a pasear», o «libro dos mesa», por «Hay dos libros en la mesa». Las personas con afasia de Broca suelen entender bastante bien el discurso de los demás. Por ello, suelen ser conscientes de sus dificultades y pueden frustrarse con facilidad.
Otro tipo de afasia, la afasia global, es el resultado de un daño en amplias porciones de las áreas del lenguaje del cerebro. Los individuos con afasia global tienen graves dificultades de comunicación y pueden estar extremadamente limitados en su capacidad para hablar o comprender el lenguaje. Pueden ser incapaces de decir incluso unas pocas palabras o pueden repetir las mismas palabras o frases una y otra vez. Pueden tener problemas para entender incluso palabras y frases sencillas.
Hay otros tipos de afasia, cada uno de los cuales es resultado de un daño en diferentes áreas del lenguaje en el cerebro. Algunas personas pueden tener dificultades para repetir palabras y frases aunque las entiendan y puedan hablar con fluidez (afasia de conducción). Otras pueden tener dificultades para nombrar objetos aunque sepan qué es el objeto y para qué puede servir (afasia anómica).
A veces, el flujo de sangre al cerebro se interrumpe temporalmente y se restablece rápidamente. Cuando se produce este tipo de lesión, que se denomina ataque isquémico transitorio, las capacidades lingüísticas pueden volver en unas horas o días.
¿Cómo se diagnostica la afasia?
La afasia suele ser reconocida en primer lugar por el médico que trata a la persona por su lesión cerebral. La mayoría de las personas se someterán a una resonancia magnética (MRI) o a una tomografía computarizada (CT) para confirmar la presencia de una lesión cerebral e identificar su ubicación precisa. El médico también suele examinar la capacidad de la persona para comprender y producir lenguaje, como seguir órdenes, responder a preguntas, nombrar objetos y mantener una conversación.
Si el médico sospecha que hay afasia, el paciente suele ser remitido a un patólogo del habla y el lenguaje, que realiza un examen exhaustivo de las capacidades de comunicación de la persona. Se evalúa detalladamente la capacidad de la persona para hablar, expresar ideas, conversar socialmente, comprender el lenguaje y leer y escribir.
¿Cómo se trata la afasia?
Después de una lesión cerebral, se producen enormes cambios en el cerebro, que le ayudan a recuperarse. Como resultado, las personas con afasia suelen ver mejoras espectaculares en sus capacidades de lenguaje y comunicación en los primeros meses, incluso sin tratamiento. Pero en muchos casos, después de este periodo de recuperación inicial sigue habiendo algo de afasia. En estos casos, se recurre a la terapia del habla y el lenguaje para ayudar a los pacientes a recuperar su capacidad de comunicación.
Las investigaciones han demostrado que las capacidades de lenguaje y comunicación pueden seguir mejorando durante muchos años y a veces van acompañadas de una nueva actividad en el tejido cerebral cercano a la zona dañada. Algunos de los factores que pueden influir en el grado de mejora son la causa de la lesión cerebral, la zona del cerebro que resultó dañada y su extensión, y la edad y la salud del individuo.
La terapia para la afasia tiene como objetivo mejorar la capacidad de comunicación de una persona ayudándole a utilizar las capacidades lingüísticas restantes, a restaurar las capacidades lingüísticas en la medida de lo posible y a aprender otras formas de comunicación, como gestos, imágenes o el uso de dispositivos electrónicos. La terapia individual se centra en las necesidades específicas de la persona, mientras que la terapia de grupo ofrece la oportunidad de utilizar las nuevas habilidades comunicativas en un entorno de grupo reducido.
Las tecnologías recientes han proporcionado nuevas herramientas a las personas con afasia. Los logopedas «virtuales» proporcionan a los pacientes la flexibilidad y la comodidad de recibir terapia en sus casas a través de un ordenador. El uso de aplicaciones que generan el habla en dispositivos móviles como las tabletas también puede proporcionar una forma alternativa de comunicarse a las personas que tienen dificultades para utilizar el lenguaje hablado.
Cada vez más, los pacientes con afasia participan en actividades, como clubes de lectura, grupos de tecnología y clubes de arte y teatro. Estas experiencias ayudan a los pacientes a recuperar su confianza y autoestima social, además de mejorar sus habilidades comunicativas. En la mayoría de las grandes ciudades existen clubes de ictus, grupos regionales de apoyo formados por personas que han sufrido un ictus. Estos clubes pueden ayudar a una persona y a su familia a adaptarse a los cambios en la vida que acompañan al ictus y a la afasia.
La participación de la familia suele ser un componente crucial del tratamiento de la afasia porque permite a los familiares aprender la mejor manera de comunicarse con su ser querido.
Se anima a los miembros de la familia a:
- Participar en las sesiones de terapia, si es posible.
- Simplificar el lenguaje utilizando frases cortas y sin complicaciones.
- Repetir las palabras del contenido o anotar las palabras clave para aclarar el significado según sea necesario.
- Mantenga una manera de conversar natural y apropiada para un adulto.
- Minimice las distracciones, como una radio o una televisión a todo volumen, siempre que sea posible.
- Incluya a la persona con afasia en las conversaciones.
- Pida y valore la opinión de la persona con afasia, especialmente en lo que respecta a los asuntos familiares.
- Fomentar cualquier tipo de comunicación, ya sea el habla, los gestos, señalar o dibujar.
- Evitar corregir el habla de la persona.
- Dar a la persona mucho tiempo para hablar.
- Ayudar a la persona a participar fuera de casa. Busque grupos de apoyo, como los clubes de infarto cerebral.
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¿Qué investigaciones se están llevando a cabo para la afasia?
Los investigadores están probando nuevos tipos de terapia del habla en personas con afasia tanto reciente como crónica para ver si los nuevos métodos pueden ayudarles mejor a recuperar la recuperación de palabras, la gramática, la prosodia (tono) y otros aspectos del habla.
Algunos de estos nuevos métodos implican la mejora de las capacidades cognitivas que apoyan el procesamiento del lenguaje, como la memoria a corto plazo y la atención. Otros implican actividades que estimulan las representaciones mentales de los sonidos, las palabras y las frases, facilitando su acceso y recuperación.
Los investigadores también están explorando la terapia farmacológica como enfoque experimental para tratar la afasia. Algunos estudios están probando si los fármacos que afectan a los neurotransmisores químicos del cerebro pueden utilizarse en combinación con la terapia del habla-lenguaje para mejorar la recuperación de diversas funciones del lenguaje.
Otras investigaciones se centran en el uso de métodos avanzados de imagen, como la resonancia magnética funcional (fMRI), para explorar cómo se procesa el lenguaje en el cerebro normal y en el dañado y para comprender los procesos de recuperación. Este tipo de investigación puede hacer avanzar nuestros conocimientos sobre cómo se reorganizan las áreas implicadas en el habla y la comprensión del lenguaje tras una lesión cerebral. Los resultados podrían tener implicaciones para el diagnóstico y el tratamiento de la afasia y otros trastornos neurológicos.
Un área de interés relativamente nueva en la investigación de la afasia es la estimulación cerebral no invasiva en combinación con la terapia del habla y el lenguaje. Dos de estas técnicas de estimulación cerebral, la estimulación magnética transcraneal (EMT) y la estimulación transcraneal de corriente directa (ECTD), alteran temporalmente la actividad cerebral normal en la región que se estimula.
Los investigadores utilizaron originalmente estas técnicas para ayudarles a entender las partes del cerebro que desempeñaban un papel en el lenguaje y la recuperación después de un accidente cerebrovascular. Recientemente, los científicos están estudiando si esta alteración temporal de la actividad cerebral podría ayudar a las personas a reaprender el uso del lenguaje. Varios ensayos clínicos financiados por el Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación (NIDCD) están probando actualmente estas tecnologías.
Los ensayos clínicos financiados por el NIDCD también están probando otros tratamientos para la afasia. Se puede encontrar una lista de ensayos activos sobre afasia financiados por el NIDCD en ClinicalTrials.gov.
¿Dónde puedo encontrar información adicional sobre la afasia?
El NIDCD mantiene un directorio de organizaciones que proporcionan información sobre los procesos normales y alterados de la audición, el equilibrio, el gusto, el olfato, la voz, el habla y el lenguaje.
Utilice las siguientes palabras clave para ayudarle a encontrar organizaciones que puedan responder a preguntas y proporcionar información sobre la afasia:
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