Esta es la verdad: las personas que consiguen lo que quieren suelen ser las que se esfuerzan por saber lo que quieren.
Dicen que el feminismo tuvo varias «olas», aunque yo nunca consigo entenderlas. Todo lo que sé es que, en su día, una de esas olas me metió en muchas conversaciones apasionadas con compañeros y colegas sobre los cambios que deseábamos ver en el mundo. La mayoría de las veces se trataba de viejas sesiones de quejas, en las que nos lamentábamos de todo, desde los salarios injustos hasta la esclavitud sexual. Es cierto que de vez en cuando surgía la posibilidad de otro tipo de conversación, cuando alguien preguntaba: «¿Y cómo arreglamos las cosas?». Pero en ese momento, siempre ocurría algo curioso: De repente nos quedábamos sin cosas que decir.
No nos culpo por callarnos. Comprendo el aguafiestas. Quejarse es fácil, incluso divertido, comparado con el reto de crear un plan de cambio positivo. Al ver a algunas de las mujeres más brillantes que he conocido luchando por inventar alternativas prácticas al sexismo, he ganado un enorme respeto por cualquiera que vaya más allá de las quejas y se dirija hacia la claridad.
Hoy en día, como entrenadora, veo una dinámica similar en mis clientes. Se quejan con todo lujo de detalles de las cosas que van mal en sus vidas: hijos exigentes, jefes prepotentes, las desconcertantes bajas ventas de sus esculturas topiarias. Pero cuando se trata de especificar la solución, la gente saca sus pinceles más anchos. «Sólo quiero amor», dicen. «Pasión». «Paz interior». Es como decirle a un camarero: «Tráigame algo delicioso. No tengo ni idea de qué, pero lo sabré cuando lo pruebe». Ninguna orden tan confusa puede producir un resultado satisfactorio.
Ésta es la verdad: las personas que consiguen lo que quieren suelen ser las que se esfuerzan por saber lo que quieren. Así que este año, al hacer mi compromiso habitual de mejorar, voy a empezar por aclarar mis deseos. Si quieres que tu vida mejore enormemente, quizá quieras hacer lo mismo.
Cómo conseguir lo que quieres: las cuatro P
Como sólo soy capaz de hacer pequeños movimientos hacia la mejora personal, me resulta útil dividir el proceso de clarificación del deseo en pasos. Los llamo las cuatro P: empujar, posibilidades, preferencias y precisar. Considerémoslos.
Paso 1: Retroceso
Mientras visitaba China, escuché la historia de un sabio que enseñaba a sus acólitos sosteniendo un pequeño pájaro cantor en su dedo. Cuando el pájaro intentaba marcharse, dejaba caer la mano para que no pudiera elevarse lo suficiente como para salir volando. Lección: la capacidad de volar a menudo depende de oponerse a algo que no quieres. Mis amigas feministas y yo hacíamos mucho esto; cada vez que identificábamos las cosas que nos parecían mal de una manera profundamente auténtica y visceral, estábamos articulando el Pushback.
Como la mayoría de los humanos son expertos en quejas, apuesto a que estás sintiendo algún nivel de Pushback ahora mismo. En algún lugar de tu vida hay una sensación de resistencia, resentimiento, incomodidad. Cuando los bebés se sienten así con el puré de hígado, cierran la boca, sacuden la cabeza y lanzan cucharas. Aunque dudo que hagas esto en las reuniones de negocios o en las conferencias de padres y maestros, tal vez deberías hacerlo. Por dentro, quiero decir. Por fuera, puedes asentir y sonreír como siempre lo haces, mientras notas el sentimiento de Pushback.
Y cuando estés listo para empezar a quejarte con tu cónyuge, con un taxista, con el Papa, no te quejes simplemente. Quéjate precisamente de las cosas que te molestan. Encuentra el fallo central en la sesión de estrategia de la sala de juntas. Averigua qué es exactamente lo que hace que la actitud condescendiente de la profesora te haga querer darle un puñetazo en los riñones. Cuanto más específico sea sobre lo que le molesta, y por qué, más claro podrá hacer sus deseos.
Paso 2: Posibilidades
Una vez que se haya quejado en un bonito y elevado tono, libere la energía de encontrar el fallo y tome la energía de la imaginación. Manteniendo en tu mente la situación que te lleva a un mayor empuje, comienza a jugar mentalmente con las formas en que podría cambiar. Haz hincapié en el juego. Si te sientes confinado en tu pequeña oficina, imagina que trabajas en el castillo de Cenicienta, en la playa, en la luna. Como escribió Arthur C. Clarke, «la única manera de descubrir los límites de lo posible es aventurarse un poco más allá de ellos hacia lo imposible». Cada vez que sientas tu Pushback, aprovecha esa energía y úsala para imaginar Posibilidades escandalosamente asombrosas.
Paso 3: Preferencias
Si te mantienes suelto y relajado mientras conjuras Posibilidades, notarás que algunas de ellas te dejan intrigado, curioso, un poco más ligero. Estas son tus Preferencias. Deja que entren de puntillas en tu conciencia. No pienses; sólo permite. (Si ya pudieras pensar en tus Preferencias con claridad, estarías creando, no quejándote. Como escribió T.S. Eliot: «Espera sin pensar, porque no estás preparado para pensar»). Permítete formar una vaga impresión, y luego ve a por un poco más de especificidad, como si estuvieras enfocando lentamente una cámara. Permita y observe.
Paso 4: Puntos de referencia
Si es juguetón y paciente, las Preferencias que se están formando en su conciencia acabarán siendo lo suficientemente claras como para describirlas con palabras. Empezarás a articular exactamente lo que te molesta y los escenarios que preferirías ver. No te precipites; aguanta un poco más y consigue la máxima especificidad precisando tus deseos. Pensando en una solución que te gustaría ver, pregúntate: ¿Qué sería aún mejor? Después de dar una respuesta, pregúntate: ¿Qué sería aún mejor que eso? Repite esta operación hasta que tengas una imagen de una situación tan perfecta que literalmente no puedas imaginar una forma de superarla. Esto es claridad absoluta. Ahora le dices al camarero: «Por favor, tráeme dos huevos de corral cocidos durante exactamente tres minutos, sazonados con una pizca de sal marina y pimienta Tellicherry molida». Este tipo de claridad puede hacer que te sorprendas, pero ¿adivina qué? Permite que todos y todo lo que te rodea te entregue exactamente lo que quieres.